Dos mil millones de personas en el mundo comen insectos. Y yo soy una de ellas.
– Nicole Kidman
– Nicole Kidman
Somos optimistas. Creemos que el mundo se puede salvar. ¿Vamos a hacerlo cultivando insectos? Es el primer paso de una gran aventura. ¡Súmate y suma!
La ganadería es una industria sumamente contaminante. Hoy en día responsable de 1/3 de los gases de efecto invernadero y uno de los protagonistas ocultos del calentamiento global. Para una cantidad comparable de proteinas, el cultivo de insectos genera 1500 veces menos gases de este tipo.
La industria cárnica también necesita enormes cantidades de agua. Por cada gramo de proteina de orígen vacuno se necesitan más de 100 litros de agua. Sin hablar del agua para producir pienso o de los acuíferos contaminados por serrín. En el caso de los insectos esta cantidad se reduce a una quinta parte.
La realidad de muchos criaderos para el consumo humano es cruel y antihigiénica. Los animales viven apelotonados y son propensos a tener enfermedades que pueden llegar a afectar los humanos (vaca loca, gripe aviar...). Los insectos ocupan un espacio mucho menor y su consumo no puede transmitir enfermades a los humanos ni a los animales.
Devolverle el color y la vida a nuestro planeta todavía es posible. Es evidente que tomar una mayor consciencia del impacto de lo que comemos regularmente es un gran avance. Todavía tenemos mucho trabajo por delante. Recuerda que toda aventura empieza por un simple paso. Imagina el futuro que quiere y contribuye a que se haga realidad.